Soy ingeniero de Telecomunicación y después de un montón de años trabajando en una empresa puntera de I+D, ahora estoy prejubilado.
Acabé mis estudios en 1991 en la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid y en el último curso ya entré de becario en una empresa de I+D donde desarrollé mi carrera profesional.
En aquellos tiempos pretéritos la empresa se dedicaba más al hardware que al software y en un principio participé en la realización de ensayos de fiabilidad de equipos y prediciones de fiabilidad de tarjetas y equipos. Ya en aquel entonces me fui desviando del buen camino (hardware) hacia el software.
Mientras en el 92 se lanzaban fuegos artificiales en la Expo y un arquero encendía el pebetero de los JJOO de Barcelona, yo me pegaba con Informix, aprendiendo qué era eso del SQL. La realización de programas para los ensayos de fiabilidad me sirvió para foguearme con el lenguaje de programación C teniendo en mi mesilla de noche durante mucho tiempo el amado libro de Kernighan & Ritchie.
A mediados de los noventa, en mi empresa, que daban mucho valor a la formación ofertaban un curso que me llamó la atención. Se trataba de un curso llamado Unix Avanzado. Programación en Lenguaje Shell. Sinceramente me apunté porque me llamó la atención el título del curso porque en aquel entonces mis conocimientos de Unix no pasaban del ls y el cat y me manejaba con el vi gracias a una bonita chuleta que tenía siempre a la vista. No sabía lo que ese curso iba a significar para mí.
Debí cogerle el gusto a eso de programar porque enseguida me metí con el C++ y las MFC (Microsoft Foundation Classes) y Visual C++ con las que aprendí a programar en Windows. Gracias a ese conocimiento estuve compaginando durante unos años mi trabajo en esa empresa de I+D con la confección de programas para otras empresas. En aquellos tiempos, a mediados de los noventa, Internet estaba en pañales y no existía StackOverflow o algo similar, que me hubiese venido de perillas en aquel entonces. No quedaba más remedio que tirar de documentación y revistas especializadas. Aquello era duro, pero duro de verdad. Después de Informix, fui conociendo Microsoft Access, un bonito juguete, y SQL Server también de Microsoft, ya una cosa seria. Con estas bases de datos y las MFC hacía deliciosos cócteles que aceptaban gustosos mis clientes. Con uno de ellos estaba comiendo cuando vi en la pantalla de la televisión como un avión se estrellaba contra un edificio. Nos encontrábamos ya en 2001.